¿Existe la Ninfomanía? ¿Es un mito o una realidad?
Bueno chicas lo sé las he dejado bien botadas, bien es
que en mi vida ha habido un enjambre sucesivo de quehaceres que me han impedido
escribir, pero bueno aquí vamos. Él
porque deseaba escribir sobre este tema es simple, varias veces en mis conversaciones
con amigas y en unos cuantos intermetsos conversados con “amigos” me han
preguntado o tachado de ninfómana. Pues aquí
les responderé a sus dudas amigas y “amigos”.
Antiguamente la ninfomanía (Furor femenino) se consideraba un trastorno
psicológico exclusivamente femenino caracterizado por una libido muy activa y una obsesión con el sexo. Se acuño a
principios del siglo XX para las mujeres que se masturbaban y que tenían más
deseos sexuales que el marido. Nótese la connotación negativa del término,
simplemente es una manera más grandilocuente de llamarte prostituta, maraca o
simplemente puta. El símil masculino es satirismo o Don juanismo, Galán o
Cabrón. ¿Notan las diferentes connotaciones? . Aunque esta terminología “clínica”
ya se ha quitado de las lista de enfermedades mentales, no se ha abolido del
vocabulario de muchos psicólogos machistas y de pseudo-intelectualoides mal informados.

La normalidad no existe, solo la “norma” y no debes pensar que ella es
la que rige tu sexualidad. Y si Hombres, las mujeres pensamos muchas veces al día
en sexo, las mujeres nos masturbamos al igual que Uds. y vemos porno también,
pero se nos ha obligado a callar o a abolir estas conductas por miedo al
enjuiciamiento público, al que dirán, a que nos llamen putas. Quizá miedo a la
soledad y a que no nos tomen en serio. Pero ¿de verdad chicas lo que buscan es la aprobación
de los hombres? ¿O de tus pares? La única aprobación que debes buscar es la
tuya, libera tu amor por ti y no te importara si te llaman ninfómana o lo que
sea, se firme en tus pasos, empodérate de tu sexualidad y no de los
convencionalismos.

A mi recién estrenada treintena
he aprendido a ignorar los comentarios mal intencionados de algunas “amigas” y
he aprendido a defender a otras. He aprendido también que no debo juzgarlas por
juzgarme a mí. No eres más ni menos por cuantos hombres tienes en tu lista. Simplemente
eres y soy una mujer que busca reivindicar
su propio deseo.