lunes, 15 de septiembre de 2008

BISEXUALIDAD


Todo sobre la bisexualidad

Hay muchas personas que a lo largo de su vida experimentan atracción o experiencias sexuales tanto con hombres como con mujeres, algunos se decantan por un compañero de su mismo sexo o del sexo contrario y otros permanecen con esta tendencia durante toda su vida.

¿Qué es ser bisexual?

La gente suele entender la palabra bisexual referida a personas que tienen relaciones sexuales con hombres y con mujeres al mismo tiempo quizás confundiendo la palabra bisexual con polígamo o promiscuo. Esta definición, es decir, las personas que son capaces de amar a varias al mismo tiempo de distinto sexo son muy pocas, pero lo que aún teniendo una pareja reconocen ser capaces de amar o de sentirse atraídos por el otro sexo son muchos.
No es muy fácil saber lo que somos los humanos realmente si nos centramos en las propuestas éticas de nuestra cultura en la que lo único permitido es la heterosexualidad monógama; pero si estudiamos otras culturas, otras épocas, u otros animales muy próximos a nosotros, puede que las cosas se vayan aclarando.

En celo continuo
Permanecemos en celo difuso casi toda la vida y somos capaces de sentirnos emocionalmente unidos a mucha gente: parientes, amigos, hijos durante toda la vida también. Nuestra sexualidad no es reproductora, la mayoría de las relaciones sexuales se hacen por otras razones como: amor, afecto, pena, alegría, placer, dinero, estatus… y posiblemente un puñado de cosas más.

También en otro aspecto somos raros, capaces de mantener grupos mixtos de cooperación y crianza, los machos pueden ser tan “buenas madres” como las hembras y la adopción es un práctica tan importante que el apego no suele estar relacionado con los genes, como en el resto de las especies. Los antropólogos están de acuerdo en convenir que esto sólo es posible si los miembros de esta especie tienen fuertes tendencias bisexuales y son capaces de sentirse atraídos tanto por machos como por hembras.
Dicho de otra manera todos los grupos de crianza en la naturaleza son de un sexo sólo la mayoría de las veces son las hembras las que se encargan, pero so lo hacen los machos las hembras se inhiben, los bonobos que si forman grupos de crianza mixtos al estilo humano son profundamente bisexuales.


Tendencias ocultas
Lo que hace pensar que la bisexualidad humana es algo que forma parte de nuestro desarrollo. Pero todo esto son especulaciones, veamos lo que pasa entre los humanos. Los griegos del siglo de Pericles institucionalizaron la bisexualidad, todos los hombres (lo de las mujeres posiblemente fuera igual pero no se sabe tanto) durante su adolescencia servían como compañeros sexuales adoptando un papel pasivo-femenino, cuando llegaban a la madurez debían dejar estás prácticas, casarse con una mujer, tener hijos para la república y buscarse un jovencito para “instruirle”, los que eran perseguidos como inmorales eran los que querían ser o seguir siendo sólo una cosa. Este modelo cultural sigue existiendo en la actualidad en muchas tribus guerreras de África y el sur de Asia.

La civilización judeo-cristiana impuso el modelo heterosexual-monógamo castigando duramente cualquier desviación de la norma, los bisexuales se limitaron a seguir las normas (no es era difícil hacerlo, por lo menos no tan difícil como a los homosexuales puros) y este tipo de tendencias se ocultó en la imaginación y en la fantasía.


La conducta sexual de la mujer

En 1953 se publicó un sondeo con el título “Comportamiento Sexual de la Mujer” lo que Kinsey reveló en este libro acerca de la sexualidad femenina fue fascinante. Nos dijo que a los 45 años, el 13% de las mujeres entrevistadas había tenido contacto sexual y llegado al orgasmo con otras mujeres; un 7% había mantenido relaciones físicas continuadas y un 8% reconocía haber tenido deseos o fantasías sexuales hacia las de su mismo sexo y un 38% del total de las mujeres admitía inclinaciones homosexuales de alguna forma.

Entre el 3 y el 8% de las mujeres solteras (entre sus 20 y sus 35 años) afirmaron su tendencia predominantemente homosexual, con pocas o ninguna experiencia heterosexual. En el 7% de las mujeres casadas se dedujeron las mismas respuestas que en el grupo anterior. No obstante es interesante resaltar que de las 142 mujeres del informe con un pasado en su mayoría homosexual, el 71% de ellas afirmaron no haberse arrepentido de sus experiencias heterosexuales y constataban haberlas vivido con extremo placer.

La bisexualidad, ¿una amenaza para la supervivencia?

Con su trabajo, Kinsey también echó por tierra la creencia generalizada de que la bisexualidad fuera una amenaza para la supervivencia de la raza humana, mostrando que las relaciones sexuales entre hembras o machos entre si eran una constante en el reino animal, sobretodo en las especies mamíferas grupales como hámsteres, ratas y ratones, conejos, erizos, martas, vacas, antílopes, cabras, yeguas, leonas, ovejas, burras y por supuesto todos los primates superiores, especialmente nuestros primos los bonobos.

Lo que es una pena, es que a pesar de todos estos datos, todavía haya voces, sobretodo las de las iglesias, que tachen a la bisexualidad como algo “no natural”, y absolutamente maligno. Pero lo más importante en estas cuestiones es no confundir compromiso con tendencias, posiblemente la sexualidad humana sea mucho más compleja y vasta de lo que las apariencias nos puedan mostrar, los humanos tienden a vivir en pareja, y muchos establecen parejas en su primera juventud y la mantienen durante toda la vida, en estos casos sólo podemos hablar de monogamia, no de heterosexualidad o de bisexualidad.

El que en este momento y afortunadamente haya muchas personas bisexuales que pueden expresarse con libertad no quiere decir que haya más, (no se saabe muy bien a causa de qué) sólo quiere decir que ahora y gracias a la sociedad más justa y permisiva que entre todos estamos construyendo, pueden mostrarse.

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